¿Alguna vez te has preguntado cómo la calidad de los productos que comemos impacta en nuestro organismo? ¿Por qué las naranjas en verano no están tan buenas? ¿O por qué las cerezas están tan caras en invierno?
Una de las principales características del movimiento Slow Food es comer alimentos de temporada y para nosotros, desde ISlow, es fundamental.
Comer de temporada significa comer cada alimento durante su época natural de cosecha.
Como hemos comentado en otras ocasiones, cada clima está asociado a sus propios productos y estos tienen una función clave en la nutrición.
¿Porqué comer de temporada?
Comer productos de temporada es bueno para tu salud, tu bolsillo y el medio ambiente. Además de ayudar a reducir las emisiones de CO₂ y apoyar la sostenibilidad de la tierra, consumes productos de calidad excelente, a un precio justo y estarás favoreciendo la economía local.
Estos son algunos de los beneficios de comer productos de temporada:
1 Mayor aporte nutritivo
Un cultivo de temporada tendrá el clima a su favor en todo su proceso desarrollo y también habrá sido recogido en su punto óptimo de maduración, por estos motivos el nivel de nutrientes y sabor será más elevado. La conservación en cámaras frigoríficas restan jugosidad, sabor y nutrientes.
2 Disminución de agentes nocivos
Mediante el consumo de temporada evitamos residuos químicos de plaguicidas o fertilizantes, conocidos por sus efectos nocivos para la salud. Un cultivo de temporada será más fácil que sobreviva sin ayuda de estos productos químicos que si es cultivado cuando la climatología está en contra.
3 Apoyo a la economía local y sostenibilidad
Consumir cultivos de temporada es una forma de apostar por la producción local. En la producción local de cultivos su distribución y almacenaje serán mínimos, factores que contribuyen a su máxima calidad y reducción de las emisiones de CO₂.
4 Reducción de procesados
Cuanto más producto de temporada consumamos menos espacio quedará en nuestra dieta para alimentos procesados. Sustituyendo los famosos procesados por alimentos naturales y de temporada no solo reduciremos los efectos negativos de estos para la salud, sino que incrementaremos la ingesta de antioxidantes y fibra contribuyendo a un mejor funcionamiento de nuestro sistema digestivo e inmunológico.
¿Qué alimentos debemos comer en cada estación?
Pues los que ofrece la propia naturaleza, que es muy sabia.
A la hora de decidir qué alimentos comprar debemos de pensar en las necesidades de nuestro organismo en las distintas épocas del año.
Algunos ejemplos…
En verano y primavera abundan las frutas de piedra, ricas en potasio y agua resultan ideales para regular nuestra hidratación.
En invierno, abundan los cítricos que contienen vitamina C para ayudar a nuestro sistema inmunológico y protegernos contra la gripe y enfermedades invernales.
Por otra parte, las frutas de otoño como el higo, el membrillo, la manzana o la uva, contienen las vitaminas y los antioxidantes necesarios para prevenir resfriados, reforzando las defensas para llegada del invierno.
La mejor forma de tomar productos de temporada sin confusiones es cultivándolos uno mismo y comprobando lo difícil que es sacar la cosecha adelante sin uso de productos químicos cuando se plantan fuera de temporada.
Sin embargo, para la mayoría de nosotros esta no es una opción viable, por lo que nuestra siguiente recomendación es que os acerquéis a visitar productores locales y charlar con ellos, aprender sobre los procesos que siguen en su producción y volver a casa con una maravillosa cesta de manjares recién salidos de la huerta.
Así mismo, si compramos en tiendas locales que reclaman venta de producción ecológica y local, buenos indicadores que nos ayudan a reconocer los productos de temporada, son el precio y su aspecto, cuanto más feo mejor.
Tomates, alimento estrella del verano.
Uno de los productos más ansiados del verano, son los tomates. ¿A quién no le gusta una buena ensalada, una tostada de tomate y aceite, una pipirrana o un gazpacho?
De origen americano, existen más de 20.000 variedades de tomate. A pesar de su versatilidad el tomate fue usado en Europa como planta ornamental hasta finales del Siglo XVIII.
El tomate combina muy bien con otros productos de temporada como el pimiento, el calabacín o berenjena; sin embargo podemos envasarlo de diferentes maneras para el invierno y usarlo en platos más calentitos como los guisos o las sopas.
Pero ¿dónde están sus propiedades?
- Rico en vitamina A, protege la vista protegiendo nuestros ojos de enfermedades degenerativas o ceguera nocturna.
- Rico en hierro y vitamina K, mejora la circulación sanguínea y controla la coagulación ayudando a prevenir enfermedades cardiovasculares.
- Contiene grandes propiedades antioxidantes, es un remedio natural contra el envejecimiento y un gran aliado para el cuidado de nuestra piel, pelo y dientes.
- Rico en licopeno, un antioxidante más potente que la vitamina E. Además el tomate contiene otros carotenos lo que lo convierte en un poderoso antioxidante que cuida nuestro organismo.
- Con su alto contenido en fibra, evita el estreñimiento favoreciendo tránsito intestinal y evita la aparición de enfermedades que tengan que ver con los órganos gastrointestinales.
- Diurético, su alto contenido en potasio y bajos niveles de sodio favorece a evitar la retención de líquidos y a la eliminación de toxinas
Comentarios finales
También queremos comentar que muchas veces los cultivos más sanos y locales no son los más “estéticos”.
Llevamos muchos años pensando que la mejor verdura o fruta es aquella más reluciente o perfecta, pero no es así. A veces para que los tomates brillen o tengan un diámetro determinado necesitan productos químicos como fertilizantes o los sacan de la planta antes de madurar, y por lo tanto no tienen todavía los nutrientes necesarios.
¿Ves estas fotos? Estos tomates son un regalo de un vecino productor local.
Estaban buenísimos, sin embargo, fueron rechazados por un supermercado al que vende porque al parecer tenían “mal aspecto”.
Como se tenía que deshacer de ellos decidió regalarlos entre sus vecinos y así fue cómo nos hicimos con ellos.
Para nosotros fue un regalo maravilloso, pero cuanto más maravilloso sería si pudiéramos acceder a ellos en un día cualquiera mientras hacemos nuestra compra diaria.
Y tú, ¿cómo comes los tomates? ¿cuál es tu variedad preferida? ¿Compartes con nosotros alguna receta con tomate que alegre tus platos en verano?